viernes, abril 10, 2009

larry mejía /poeta de sangre doliente /santa fe de bogotá /colombia


























Los perros se suicidan


Prologo o pretexto

Ahora que la poesía como la fe sirven de poco siento que debo aunar estas negaciones y hacer de ellas un valor agregado a la degradada existencia, debo divagar entre el llanto y la risa, entre el debe y el haber de la palabra y hacer de ella un refugio. Pronunciarla para no ir al infierno, jamás iré al infierno porque jamás haré silencio, dije digo y diré y me repetiré una y otra y otra y otra vez, viajaré con mi palabra como pan para el alma. Este poemario así no más y así como así repetido, incendiario, rinoceronte, salmón, cisne, ciego, nacido del corazón y del corazón de las botellas, de las calles a las 4 a.m. de la nada a cualquier hora, de la tierra, del polvo, del olor a sangre que tiene el ladrillo aún caliente, del olor a muerto que tienen los recién nacidos en Colombia.
Este texto es el susurro de una vereda en que volví a nacer y en que muero a diario por la sangre de mi más próxima semejanza, mi mayor vergüenza: mis hermanos que agonizan conmigo, y sin conocerlos vivo por ellos y les regalo mi palabra como una respuesta a tanto silencio cómplice, a tanta guerra que con sus brazos de maldad cercena nuestra raza. Este poemario para María, para Angélica, para Suander eco incondicional, para Pablo, para los que conservamos sin saber por que la fe y la poesía, como si sirviera de algo. Por supuesto y como siempre este poemario es mi pequeño canto con todo el amor para Fito Páez y Thomas Forsberg.






Turba de burdos y patanes,
Canalla vil de altos y bajos,
Especieros ricachos, truhanes,
Letrados sin letras, pingajos
De hombre, esquilón sin badajos,
Voy a hablaros sin ton ni son
Y sin muchisimos afanes,
De mi mala reputación.

Aquilino Villegas


Por fortuna

No me pertenece ni mi nombre
Ese es un eco del deseo ajeno
La sombra que tan filial siento
Es producto de la luz que tan lejana veo
Nada es mío
Nada me pertenece
Ni la poesía que escribo
Ni las cosas que callo
Todo vuelve a la montaña
Y se nos va por el río




Ausencia

Háblame de tu amor de catalogo
A mí que he preferido esperar solo
Al calor visceral de la palabra
Y al amargo frió de los espacios
Háblame de tu sonrisa de inventario
A mí que he preferido reír solo
Ante el sincero espejo de los años
Y la cadencia puntual de las manecillas
Háblame de la eternidad del sentimiento
A mí que te espero de esta orilla
A mí que nada tengo y todo ofrezco
A mí que trato de empuñar instantes
Háblame en ese tono dulce pero ausente
Que uno solo advierte cuando se ha ido lejos
A mí que sobre la piedra muda
Le construí un altar a tu silencio


Bitácora

Vengo de la soledad
Voy para el universo
Vengo de las pesadillas
Metidas en este sueño
No quiero terminar
Ni volver bailando tango
En una calle cualquiera
En una con tu nombre
O el nombre del que sea
Audiencia abran los brazos
Vengo de la poesía
Voy para el universo



Como tu mirada

Tu recuerdo vino a despedirse
Recogió sus fotos
Pagó el café
Y dijo –Adiós–
Ahora ni tu recuerdo me acompaña
Estoy listo para irme a bailar conmigo mismo
Para tomar agua de hierbas
Para tejer mantas
(Penélope eterna)
Y acariciar gatos
Con la dulzura de la valeriana
Que usaré para dormir
Cierro mi corazón
Como tu mirada que no existe




Opción

A Arturo Arcángel

Correr al campo

Huir de mí
Del otro mismo
De la duda y la respuesta
Mejor refugiarme como elefante
A la sombra de mis años
Cazar como tigre mariposas
Y letras en el aire
Del dolor no tener cuenta por el juicio del instinto
La hemorragia de la ciudad
Inunda mis segundos
Voy ahogándome con ella a cada paso
Mejor correr al campo
A cantar las tardes y las lluvias
Con exactitud de dios que se hizo niño
Y se fue a peregrinar en la tierra de los hombres
Sus sueños de animal



Anti-Oficiante

A mí me gustan las hojas carta
Siento que estoy escribiendo por y para alguien
Pero las hojas oficio son bastante tediosas
Como si aparte de todos los pecados
A uno le endilgaran escribir y harto
Las hojas carta no se pierden
Saben a dónde ir
Si uno mira abajo sabe que se acerca a un final
Son un vicio menos
Como un cigarrillo más largo
Como una sopa espesa
O un caldo en un amanecer resacoso
En todo caso me gustan más las hojas carta
Son más como yo incluso más delgadas
Sus orejas escuchan y callan
Las orejas de las hojas oficio se doblan
Se maltratan
Se quejan de las carpetas pequeñas
Se quejan si uno las guarda en una revista
Siempre hay que doblarlas
Se ven incómodas en la mano
No es fácil llevarlas a cine
Son como una novia más alta
Y uno debe empinarse a besarlas
Si por ejemplo uno escribe E.S.D.
Se imagina un buró muy amplio
Y pronto sabe que el puesto se lo darán a otro
Será mi amalgamada ignorancia pero
¿Cuál es el oficio de estas hojas tan largas?
Molestar
Molestar como casi todas las cosas de la vida
Como la televisión
Como la radio
Como los buses
Como la religión
Como la política
Como la verdad
Como las confesiones
Como las computadoras
Pobres árboles
Nacer y crecer para multiplicar el suplicio
En palillos sillas u hojas de papel
Pobre máquina de escribir
Como si no fuera suficiente con estas caricias austeras
Y estas constantes mentiras





Valió de nada

Ayer cuando la boca
Se corrió de la botella
Casi me bebo la vela
Mas el barco estaba lejos
Y todo por no hacerme daño
Y todo por procurar olvido
O por un traje blanco con sus rayas rojas
Y todo por no ver la luna y por llegar a tiempo
Y todo por salir corriendo
Y todo por no hablar esperanto
O por no usar sombrero
O por no ser un perro
Y todo por no hacerte daño
O no decir te quiero
Y luego se acabaron mis palabras





Llamada a larga distancia

Los rayos del sol ya repican en el alma
Es esa inmortalidad que agoniza a cada despedida
Y busca bajo la alfombra pupilar
Un sueño resurrecto
Una gaviota en el cielo
O una lágrima suicida
Ya lo peor ha sucedido
Sigo vivo
Haciendo las maletas del gran viaje
Eso es el alma y el amor
Un equipaje
Que uno en vida va deshaciendo
Para morir vacío
E ir llenando luego
De ilusoria eternidad

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